El ciclo de desarrollo parte de derecha a izquierda sobre la escala e indica la evolución del colaborador en términos de aptitudes y motivación. Esta escala da por sentado que, cuando la mayoría de la gente emprende una tarea nueva, su nivel de aptitud (capacidad) es relativamente bajo. Es decir, cuando iniciamos una nueva tarea o actividad, siempre tenemos algo que aprender (ya sea técnico o de modalidad cultural de funcionamiento). Entonces, partimos de un nivel de desarrollo D1 o D2, variando según el nivel de actitud (predisposición o interés) sobre esa determinada tarea.
El ciclo de desarrollo se orienta a que todas las personas tiendan hacia el nivel cuatro (D4), debido a que ése es el nivel donde su rendimiento y su motivación estarán por encima de la media. Es mejor para los colaboradores y también para el conductor, ya que en la medida que son delegadas las tareas operativas, dispondrá de más tiempo para ocuparse de las funciones de gestión.
De hecho, se podría decir que resulta muy beneficioso que el conductor brinde la oportunidad para que sus colaboradores desarrollen sus capacidades logrando de esa manera que cada uno pueda alcanzar el nivel de desarrollo D4 en las actividades para él más adecuadas. De esa manera, al mismo tiempo que se facilitan las predisposiciones naturales, puede lograrse delegar distintas tareas en distintos colaboradores.